Protección de datos, acervos y oficinas contra incendios

Los avances tecnológicos vienen con nuevos retos. Hoy la necesidad de proteger grandes cantidades de datos y servidores con información crítica ha hecho que se desarrollen distintas técnicas de salvaguarda. Tal es el caso de Vortex, un sistema de protección contra incendios sin el uso de agua en su estado líquido.

“Hoy en día la ingeniería aplicada resuelve con eficiencia problemas, garantizando cubrir con los estándares y además ser amigables con el medio ambiente y la protección de la salud”, explica Eurídice Ibarlucea, especialista en protección contra incendios de Victaulic.

Esta tecnología hoy se utiliza para proteger bienes invaluables así como infraestructura de telecomunicaciones que es vital para la economía actual basada en el uso de apps y servicios de streaming. Para ello se utiliza nitrógeno (un gas inerte que no acelera el calentamiento global), y moléculas de agua del tamaño de 10 micrones para generar una emulsión que no produce humedad residual una vez apagado el incendio, permitiendo así proteger la vida humana y además reiniciar las actividades del centro de datos en un corto plazo, ya que la ingeniería aplicada permite reducir el nivel de oxígeno en el espacio protegido para eliminar la posibilidad de un nuevo incendio aún en presencia del personal.

“Esto es de lo más avanzado para protección contra incendios”, explica la especialista, pues existen espacios donde el agua no es una opción, ya que puede ser igual de destructiva que el mismo incendio.
La instalación está compuesta por un cilindro de nitrógeno y un contenedor de agua, se fija en las distintas áreas y van conectados a detectores de humo, flama o temperatura que activan el sistema mandando una señal electrónica a un tablero y esta a su vez libera la mezcla de gases. “Es un sistema de ingeniería acorde con el área que se va a proteger”.

La especialista indicó que los candidatos a este tipo de protección son áreas críticas, por ejemplo, una subestación, un centro de datos, acervos culturales, oficinas de gobierno como tesorería, bibliotecas. “Es ahí donde esta protección es potencialmente valiosa”, aseguró.

Comercialmente esta tecnología está disponible desde el 2009 y se ha difundido con éxito, “porque a diferencia de otras opciones, aquí no hay químicos, eso es un punto importante debido a que normalmente los químicos no son amigables con la salud o el medio ambiente.

“Hoy no basta ser eficiente, también se tiene que proteger la vida de las personas que pueden llegar a exponerse a este gas y también con un compromiso medioambiental”.

Ibarlucea concluyó que aunque es difícil hacer este tipo de inversión, pues la cultura de la prevención no es muy amplia en nuestro país y son cosas que no valoramos hasta el día que nos pasa, la protección es algo que puede llegar a garantizar que una planta no deje de funcionar y con ello no perder dinero, tiempo y sobre todo, información valiosa.